En las mejores manos

El Dr. Alejandro Egea Alfonzo, médico urólogo jefe del Servicio de Urología del Hospital Sant Rafael de Barcelona, se formó como médico en la prestigiosa Universidad Central de Venezuela (UCV), realizando posteriormente la especialidad de cirugía general en el Hospital Dr. José Ignacio Baldó y la especialidad de Urología en el Hospital Dr. Domingo Luciani, culminando sus estudios de Urología en el año 2004.
A continuación comienza a ejercer como urólogo en la Clínica Santa Sofía y en el Grupo Medis en Caracas. A finales del año 2009 inicia su actividad como jefe del servicio de la unidad de Urología del Hospital Pius de Valls en Tarragona, donde trabajó hasta hace sólo dos meses.
Actualmente coordina el servicio de Urología del Hospital Sant Rafael de Barcelona.

¿Cuánto tiempo dedica a su profesión?

Para ejercer el noble ejercicio de la medicina hay que dedicar muchas horas del día, no sólo para trabajar, sino también para formarse y mantenerse actualizado que es indispensable para ofrecer a los pacientes una excelente atención médica.
Comienzo mi jornada laboral muy temprano por la mañana y dedico gran parte de mi tiempo a mi profesión en la sanidad pública para posteriormente dedicarme a ejercer la medicina privada en diferentes centros médicos en la comarca del Maresme: Vilassar de Mar, Premiá de Mar, Granollers, Masnou. En la Ciudad de Barcelona en la Clínica Sagrada Familia realizo las intervenciones quirúrgicas y en Tarragona paso visita en el Centro Médico Rambla Nova.

 

Me considero un apasionado de las nuevas tecnologías urológicas.

 

¿Cuál es su especialidad dentro de la Urología?

Me dedico a la Urología en todo su contexto, tanto para hombres como para mujeres, pero especialmente a la Urología Oncológica, a la Hiperplasia Prostática Benigna, a las patologías litiásicas y a la incontinencia urinaria, entre otras. Realicé una formación de Urología Oncológica en la Fundación Puigvert en el año 2005, donde conocí las bondades de la Criocirugía prostática y renal, completando mi adiestramiento como Criocirujano en la Ciudad de Texas, Estados Unidos, para brindarles a mis pacientes alternativas terapéuticas con baja morbilidad, mínimamente invasivas y con altas probabilidades de cura.

Me considero un apasionado de las nuevas tecnologías urológicas y es por eso que dedico gran parte de mi tiempo libre a investigar e instruirme en nuevos procedimientos quirúrgicos como son el láser para próstata, la vaporización plasmaquinética, laparoscopia, rejuvenecimiento vaginal con láser, etc.

¿En qué consiste la criocirugía?

La crioablación (o criocirugía) prostática es una técnica mínimamente invasiva que ha evolucionado ampliamente desde su introducción clínica a inicios de los años 90. Esta evolución ha sido posible gracias a avances técnicos que han permitido un mejor control del procedimiento y a una mejor comprensión de la criobiología celular. Este procedimiento consiste en el paso de un gas de una zona de alta presión a una zona de baja presión a través de un orificio de bajo calibre. En este caso los gases utilizados son el argón (utilizado para congelar) a temperaturas de -40 grados y el helio (utilizado para descongelar); ambos son gases inertes y con una pureza del 99,99%. Se considera mínimamente invasivo debido a que no se realizan incisiones ni cortes en la piel.

El procedimiento consiste en la colocación de 6 criosondas (Agujas) a nivel perineal, que penetran hasta el tejido prostático (y en consecuencia hasta el tejido tumoral); estas agujas se colocan siempre guiadas por un ecosonograma transrectal que monitorizan en todo momento (en tiempo real) la colocación de dichas agujas, las cuales van acompañadas por unos sensores térmicos que nos indican a qué temperatura se está trabajando, así como a qué temperatura está el esfínter urinario (para evitar daños por el frío) y por ende, evitar la incontinencia urinaria

¿Han evolucionado mucho las técnicas quirúrgicas en su especialidad?

La cirugía urológica ha evolucionado favorablemente y cada día están siendo aprobadas nuevas técnicas quirúrgicas y perfeccionándose las ya existentes, favoreciendo así a los pacientes. El resultado es que los post operatorios son más cortos, con menos complicaciones, procedimientos que se realizan con mínimo sangrado, menor estadía intrahospitalaria, retiro más rápido de la sonda vesical, en muchas ocasiones no se requiere de incisiones…

Es por ello que permite al paciente incorporarse a sus actividades habituales en un tiempo muy breve. Aunque en ciertas patologías como lo es el cáncer de próstata sigue siendo indispensable emplear la prostatectomía radical en todas sus formas: laparoscópica, abierta y robótica el gold estándar. Y ahí empieza todo un algoritmo de tratamientos que se pueden aplicar según las patologías de cada paciente…

¿Cuáles son las patologías más comunes ahora?

En caballeros, la hiperplasia prostática benigna, el cáncer de próstata, la enfermedad litiásica, la prostatitis. En mujeres, las patologías más frecuentes son las infecciones de orina, la urgencia miccional y la incontinencia urinaria. Cabe destacar el aumento, tanto en hombres como en mujeres, de patologías tumorales vesicales por el incremento en uso y abuso del hábito del cigarrillo.

Hay que concienciar cada vez más a los hombres sobre la importancia de la revisión urológica. Sigue existiendo algo de tabú.

¿Aún se resisten los hombres a ir al urólogo?

Hay que concienciar cada vez más a los hombres sobre la importancia de la revisión urológica. Sigue existiendo algo de tabú por el examen dígito rectal, pero debe tomarse en cuenta que es de suma importancia para el diagnóstico precoz de ciertas patologías prostáticas. Por otra parte, ha habido mucha discrepancia sobre cuándo comenzar las revisiones. Algunos autores, de entre los cuales yo estoy de acuerdo, opinan que la primera revisión debe hacerse a los 40 años con un tacto rectal y el Antígeno Prostático Específico (PSA); si el resultado arroja menos de 1 mg/dl y el tacto es normal, se puede trasladar el segundo control hasta entre dos y cinco años más tarde.
A partir de los 50 años los controles son anuales. Si el paciente tiene factores de riesgo o antecedentes
familiares de cáncer de próstata, tiene que vigilarse anualmente, tanto con PSA como con tacto rectal.

 

La cirugía urológica ha evolucionado favorablemente y cada día están siendo aprobadas nuevas técnicas quirúrgicas y perfeccionándose las ya existentes.

¿La prevención sigue siendo la mejor arma?

La prevención es nuestro mejor aliado, las revisiones anuales, y en caso de percibir alguna sintomatología extraña al orinar, sangrado, dificultad, sensación de no vaciar completamente la vejiga, escozor, etc. Es recomendable asistir a consulta con el urólogo.

¿Cuántos de sus pacientes acaban pasando por el quirófano?

Siempre intento ser lo más conservador posible y probar primeramente con tratamiento médico. En caso de que el paciente persista con la sintomatología consultada, es cuando procedo a explicarle el abanico de posibilidades y técnicas quirúrgicas que se encuentran actualmente, para que entre ambos y guiados por mi experiencia profesional, el paciente se sienta libre de escoger la técnica quirúrgica que más le conviene para su bienestar.

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